El síndrome de muerte infantil súbita ha dejado perplejos a médicos e investigadores por décadas. Niños de aparente buena salud mueren (por lo general, mientras duermen) sin poder atribuírsele una causa, incluso después de exhaustivas investigaciones y autopsias. La mayoría de las muertes ocurren entre los 2 y 4 meses de edad. Los bebés afroamericanos y nativos americanos corren mayor riesgo de morir a causa de este síndrome. La buena noticia es que la incidencia del síndrome de muerte infantil súbita ha disminuido en un 66 % desde 1980. Desafortunadamente, casi 4000 niños (de entre 1 mes y 1 año) mueren por año debido a este síndrome. Estos son algunos factores que se cree contribuyen a la presencia de este síndrome:
- Consumo de tabaco, alcohol o drogas durante el embarazo.
- Pocos cuidados prenatales.
- Bajo peso al nacer.
- Parto prematuro.
- Postura boca abajo para dormir.
- Sobrecalentamiento debido al exceso de ropa para dormir o de ropa de cama.
- Colecho o el acto de compartir la cama con el bebé.
Fuente: American SIDS Institute (instituto americano sobre el síndrome de muerte infantil súbita).